Por supuesto, está diseñada también con este propósito, pero no exclusivamente. No es un cuaderno donde registrar montones de listas, tareas y eventos pendientes en el tiempo para sustituirlo por otro al finalizar el año. Esta agenda está pensada para revisar el pasado, vivir el presente y proyectar el futuro. Para volver a ella cuando sea necesario, para vivir de manera consciente.
...sin embargo, invita de manera constante a la reflexión. Esta agenda es un espacio donde vaciar tu cabeza, poner orden a tus pensamientos, a tus emociones y navegar y profundizar en lo más recóndito de tu inconsciente para tener una mejor comprensión de tu propia esencia.
...aunque hay ciertos aspectos en ella que están basados en la técnica del Bujo como es el sistema de indexación, el uso de símbolos, los registros mensuales y el inventario mental, todo sobre un diseño de hojas punteadas.
Es un espacio que te permite alinear tus propósitos con tu proyecto de vida a través del Inventario mental y los registros mensuales y vivir una experiencia presente con plena consciencia a través de los registros diarios, mensuales y tus propósitos anuales.
...y su propósito está diseñado para toda Alma que desee encaminarse en su viaje de autoconocimiento. Al registrar periódicamente patrones mentales, emocionales y de comportamientos propios, se verán revelados y ordenados aquellos que estaban enterrados en el inconsciente. El tomar consciencia de ellos, te permitirá trabajar y desarrollar tu propósito de vida.
Esta no es una agenda al uso. Por supuesto, está diseñada también con este propósito, pero no exclusivamente. No es un cuaderno donde registrar montones de listas, tareas y eventos pendientes en el tiempo para sustituirlo por otro al finalizar el año. Esta agenda está pensada para revisar el pasado, vivir el presente y proyectar el futuro. Para volver a ella cuando sea necesario, para vivir de manera consciente.
Años 20. Siglo XXI.
Nuestro reloj interno nos dice que, como especie, el ser humano está vinculado a los ciclos de la Naturaleza. Dormimos por la noche y despertamos al alba. Comemos, digerimos, consumimos energía y al día siguiente el cuerpo vuelve a pedir nutrientes para continuar. Transitamos el atardecer y el amanecer a diario, revivimos las fases de la luna todos los meses y celebramos nuestros cumpleaños cada ciclo anual.
Ya nuestros antepasados vivían y se desarrollaban conectados a los ciclos y recursos de su entorno.
Aquellos que nos precedieron observaron y estudiaron un orden en el Cielo. Un orden que determinaba las estaciones, las horas de luz o los momentos propicios para la caza o la agricultura. Un orden que les proporcionaba incluso conocimientos del propio ser humano sobre la fertilidad o la muerte a través de los ciclos de la luna.
Para ellos, conocer y vivir los ritmos de la naturaleza era fundamental para la supervivencia de la comunidad.
Si bien fue así, a día de hoy ya no necesitamos recorrer kilómetros para buscar comida y mucho menos salir a cazar para alimentar a nuestras familias. Sin embargo, “nuestra sociedad actual evoluciona mucho más deprisa de lo que lo hace nuestra especie y existe un desfase entre lo que la sociedad nos exige […] y lo que realmente es bueno para nosotros como seres humanos” 1.
El ser humano de hoy transita la vida obviando su relación directa con el entorno, con la comunidad y con los ciclos naturales. Vive, por contraposición, dependiente de un tiempo lineal limitado y con un alto nivel de autoexigencia en pos de construir una identidad cada vez más individualizada, materialista y egoica; Yo soy o no soy, Yo tengo o no tengo, Yo y mis circunstancias…
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